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9 octubre, 2025

La “G” que acelera la sostenibilidad: cómo fortalecer la gobernanza ASG en las cadenas de suministro

En un contexto de disrupciones e incertidumbre, fortalecer la “G” de ASG en las cadenas de suministro latinoamericanas es clave para reducir riesgos, evitar el greenwashing y habilitar la “A” y la “S”. Una gobernanza colaborativa, con métricas trazables y tecnología, puede transformar la resiliencia en ventaja competitiva.

En América Latina, las disrupciones recientes en las cadenas de suministro —inflación, tensiones geopolíticas y riesgos cibernéticos— han puesto a prueba la resiliencia de las empresas. En este contexto, una gobernanza sólida (la “G” de ASG) deja de ser un tema administrativo y se convierte en ventaja competitiva. Basándonos en el análisis del Foro Económico Mundial, compartirnos un enfoque práctico para que empresas grandes y PyMEs integren la “G” en toda su cadena de valor, minimicen riesgos y creen nuevas oportunidades de negocio.

Por qué empezar por la “G”

Los criterios ASG funcionan como un sistema: sin una buena gobernanza es fácil caer en iniciativas ambientales o sociales aisladas, difíciles de sostener y propensas al greenwashing. La gobernanza define el “cómo” se toman decisiones, se establecen responsabilidades y se supervisan riesgos y oportunidades en toda la red de proveedores.

En Latinoamérica, esto es especialmente crítico por dos razones:

  • Las PyMEs son el corazón del ecosistema: representan la inmensa mayoría de las empresas y una parte sustancial del empleo formal, por lo que los estándares deben ser aplicables y acompañados de desarrollo de capacidades.
  • La incertidumbre macro obliga a gestionar riesgos con datos y trazabilidad, desde el cumplimiento contractual hasta la seguridad de la información.

Tres prioridades para integrar la “G” en tu cadena de suministro

  1. Estrategia de gobernanza colaborativa
    • Alinea propósito, valores y apetito de riesgo con políticas concretas para compras, compliance y relaciones con proveedores.
    • Involucra a C-Level y líderes de PyMEs: la coherencia entre casa matriz y proveedores directos e indirectos es clave.
  2. Medición y gestión de riesgos con metas claras
    • Define métricas de gobernanza relevantes: transparencia, cumplimiento contractual, debida diligencia por país, controles por eslabón de la cadena y verificación independiente.
    • Establece metas y planes escalonados (trimestres/12-24 meses) con responsables y presupuesto.
  3. Implementación con tecnología y co-creación
    • Usa herramientas digitales para homologación de proveedores, trazabilidad y reporting consistente.
    • Diseña programas compartidos para cerrar brechas (formación, financiamiento verde, asistencia técnica), con incentivos alineados.

Hoja de ruta práctica en 90 días

  • Semana 1-3: diagnóstico de gobernanza en supply chain
    • Mapea políticas existentes, matrices de riesgo, cláusulas ASG en contratos y capacidades de datos.
    • Segmenta proveedores por criticidad y riesgo (país, categoría, historial).
  • Semana 4-6: estándares mínimos y plan por olas
    • Define un estándar base de gobernanza (transparencia, anticorrupción, cumplimiento, ciberseguridad básica, derechos humanos) y niveles avanzados por categoría.
    • Prioriza “Ola 1” (proveedores críticos y de alto riesgo) con metas y KPIs.
  • Semana 7-10: tecnología y datos
    • Implementa un repositorio único para: due diligence, contratos, auditorías, planes de acción y evidencias.
    • Habilita reportes automáticos y alertas por incumplimientos o vencimientos.
  • Semana 11-13: capacidades y verificación
    • Lanza módulos de formación para PyMEs (políticas, trazabilidad, compliance).
    • Activa un esquema de verificación (muestreo, auditorías remotas/in situ) y un mecanismo de quejas.

KPIs sugeridos

  • Porcentaje de proveedores críticos con due diligence y contrato con cláusulas ASG.
  • Tiempo de cierre de hallazgos de auditoría.
  • Tasa de incidentes de cumplimiento por millón de dólares de gasto.
  • Cobertura de formación en PyMEs y evolución del puntaje de madurez.

Buenas prácticas para evitar el greenwashing

  • Calidad sobre cantidad: pocas métricas, pero verificables y comparables.
  • Evidencia trazable: políticas, actas, auditorías y datasets disponibles para revisión.
  • Coherencia: lo que exiges a proveedores, cúmplelo internamente.
  • Mejora continua: revisiones semestrales de riesgos y estándares por país y categoría.

Fortalecer la “G” es la base para acelerar la “A” y la “S”. Si tu organización quiere convertir la gobernanza en motor de resiliencia y crecimiento, conversemos.

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